Los condilomas acuminados son un tipo de verrugas que afectan el área genital tanto a hombres como a mujeres. Son producidas por un virus, el HPV ( Human Papiloma Virus ). Su incidencia se ha multiplicado por siete en la última década llegando a infectar hasta un 0.5 % de la población adolescente en USA.
En nuestro país son considerados la enfermedad de transmisión sexual mas frecuente. Afectan principalmente al colectivo homosexual masculino. No revisten gravedad, pero en ocasiones son difíciles de erradicar por su capacidad de reinfectar al paciente.
Cuando un paciente se contagia de esta dolencia, seguro que surgen las siguientes preguntas:
¿A quién afectan los condilomas?
¿Son una enfermedad de transmisión sexual siempre?
¿Implican un contacto homosexual previo? Puedo contagiarme si soy heterosexual, con pareja estable? Incluso si no he mantenido relaciones?
La respuesta nunca es segura al 100%. La medicina es estadística pura. Lo mas probable cuando un paciente esté infectado es que se trate de un contagio directo por vía sexual, preferentemente homosexual y masculino. Por supuesto la vía heterosexual esta descrita como vía de contagio. Sin embargo hay que dejar muy claro que en la literatura médica hay casos descritos de contagios indirectos a través de objetos como elementos de aseo compartidos ( toallas, esponja, baños ). Puede obviamente transmitirse por objetos para estimulación sexual como vibradores etc… También se han visto casos de auto contagio en los niños desde las verrugas comunes de la mano a la región anal. Esto generó una gran polémica en su día antes de confirmarse, por las repercusiones legales de posible abuso de menores.
Como norma general, cuando un varón heterosexual padece la infección, las lesiones o verrugas cutáneas afectan sobre todo al pene, prepucio y glande. En los casos de contagio por prácticas homosexuales, las lesiones afectan con mayor frecuencia a la región anal, y sobre todo en el canal anal y primera porción del recto.
En las mujeres la infección suele afectar a los labios menores e introito vaginal. Suelen ser menos aparentes, pudiendo pasar inadvertidas. También pueden afectar al recto aunque con menor frecuencia.
El tratamiento es casi siempre quirúrgico en un primer tiempo. Lo mejor es foto vaporizarlas con un láser de CO2 eliminando todas las lesiones que se aprecien macroscopicamente. El tipo de anestesia que utilizamos depende del grado de afectación del paciente y de la superficie a tratar. Puede hacerse bajo anestesia local, regional o sedación. Una vez cicatrizadas las heridas de la foto vaporización, debe darse siempre un tratamiento de consolidación con pomadas. Antes se utilizaba la resina de podofilino, hoy preferimos pomadas a base de Imiquimod (Aldara ).
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