La fisura de ano es junto con la neuralgia del trigémino una de las patologías mas dolorosas en medicina. Cuando fracasa el tratamiento médico y se decide operar al paciente, puede hacerse bajo anestesia local o regional (es decir epidural).
Es una intervención de bajo riesgo y escasas complicaciones, siempre y cuando el cirujano tenga claros dos conceptos:
¿Qué estructura anatómica se esta cortando? Hay que cortar el esfínter anal interno y no el externo.
¿Y cuanto se está cortando? Si el corte es insuficiente, el paciente no mejora, el dolor persiste y si se corta en exceso, puede acarrear grados menores de incontinencia.
Desde mi punto de vista, estas dos cosas sólo pueden hacerse bien y de forma segura si el paciente no tiene dolor, está correctamente anestesiado y no se defiende.
A pesar de que una esfinterotomía puede realizarse bajo anestesia local y de forma ambulatoria (Técnica de Notaras), no lo recomiendo ya que tanto cirujano como paciente están incómodos. Esta absolutamente demostrado que la tasa de fracasos en esta intervención, ya sea por defecto o por exceso de corte, es diez veces superior cuando se hace bajo anestesia local.
Además, una ventaja añadida del uso de la anestesia raquídea es que deja una analgesia residual las primeras 8-12 horas. El mantener las primeras horas bajo observación en un hospital al paciente permiten manejar de forma segura cualquier complicación que pueda surgir en el postoperatorio inmediato como sangrado o dolor.
En resumen, desde mi punto de vista, una esfinterotomía siempre debería de hacerse bajo anestesia raquídea y en un centro sanitario.
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