A título anecdótico hay que decir que somos el único mamífero que desarrolla hemorroides. Ello es debido a nuestra capacidad de caminar erguidos. El aumento de la presión sanguínea por el peso de la sangre en la parte superior de nuestro cuerpo hace que se dilaten las venas hemorroidales. Bien saben los pacientes que las padecen que tumbados, en posición horizontal, mejoran sustancialmente.
En primer lugar, existe un componente hereditario que hace que ciertas personas, familias, sean mas propensas a desarrollarlas.
En segundo lugar existen una serie de factores que pasamos a describir:
- Estreñimiento crónico.
- Pasar tiempo sentado en la taza del váter. Convertir el servicio en una “sala de lectura” o biblioteca particular es una mala práctica.
- Alimentación inadecuada: comidas picantes, especias, alcohol, cítricos, café.
- Embarazo: el cambio hormonal y la compresión que ejerce el feto sobre el retorno venoso agravan la patología.
- Sedentarismo: la falta de ejercicio físico moderado de forma regular favorece el estreñimiento.
- Toma de medicamentos como abuso de aspirina y sus derivados, ansiolíticos, antidepresivos y codeína que tienen efectos astringentes.