Existen dos teorías sobre su formación. La primera lo considera un defecto embrionario, una inclusión del tejido ectodérmico (piel) dentro del mesodermo. La segunda, mayoritariamente aceptada por la comunidad científica piensa que se trata de una migración-invaginación de la piel y los pelos hacia el interior del cuerpo (ver imagen). Es más frecuente en personas que permanecen mucho tiempo sentadas sobre superficies duras (jinetes, conductores, ciclistas).
La enfermedad tiene dos fases. Una fase crónica, el sinus y una fase aguda que es el absceso sacrocoxígeo.
Generalmente debuta de forma aguda como una inflamación dolorosa en la parte baja de la espalda, sobre la zona del coxis con extensión hacia un glúteo y enrojecimiento de la piel. A veces los pacientes refieren fiebre. Si la presión del pus sobre la piel es grande, puede drenar de forma espontánea, saliendo abundante contenido entre pus y sangre. Cede el dolor. También puede evitarse el sufrimiento acudiendo a nuestra consulta de proctología en la que bajo anestesia local podemos realizar un drenaje con el consiguiente alivio inmediato. Una vez pasado esto, queda una herida que no termina de curar y supura de forma constante. Es el sinus.
Puede tener una o varias «bocas» en función del tamaño y del tiempo de evolución. Es esta fase, los quistes dermoides pueden pasar largas temporadas en estado latente. Es importante saber que ello no quiere decir que hayan curado. Nuestra recomendación es tratarlos lo antes posible ya que con cada infección aguda, aumentan su tamaño y complejidad.