¿Qué es un láser de CO2?
Un láser es un instrumento cortante muy sofisticado usado para operar. Los cirujanos siempre “cortamos”. Y podemos hacerlo con bisturís fríos ( hoja afeitar ), con tijeras, con un biturís de diatermia o con bisturís ultrasónicos. Es decir, que la cirugía láser también deja una herida pero duele menos y cura antes.
¿Qué ventajas aporta frente a la cirugía convencional?
Fundamentalmente menor daño térmico y mayor precisión. Es decir, el láser de CO2 no deja una quemadura en los tejidos tratados. Corta a la vez que cauteriza minimizando el daño colateral. Esto se traduce en una recuperación / cicatrización más rápida y menor dolor postoperatorio.
¿Tengo menos riesgo si me opero con un láser de CO2?
La respuesta es NO. Un láser como menciono en el punto primero es un tipo más de bisturí. Muy avanzado. Pero lo maneja el cirujano. Y tiene que hacerlo bien. Es decir, que el riesgo no viene determinado por el tipo de instrumento que se utilice, sino por la destreza que quien lo maneje.
¿Como sé si mi problema se puede tratar con láser CO2?
Todas las patologías / dolencias en proctología se pueden tratar con un láser de CO2. Hemorroides, fisuras, fístulas, sinus y condilomas son susceptibles de abordarse con este método.
Leo que hay varios tipos de láser. ¿Como puedo saber cual es el mejor para mi caso?
Existen varios tipos de láseres dependiendo del de gas que utilicen para generar energía ( yag, rojo, verde, cyber tulio). En general todos funcionan concentrando esta energía en un punto que fotovaporiza los tejidos o los seccionan. Tanto el láser verde como el rojo fueron diseñados para urología ( próstata ) y aunque se pueden aplicar en proctología, son más utilizados para cirugía prostática ya que son de contacto. Personalmente creo que el CO2 es el que mejor se adapta a las patologías proctológicas por ser más preciso en el corte y generar menor daño térmico que los demás.